Para empezar, debo aclarar algo y hasta con mayúsculas lo escribo: NO SOY PRÍISTA O PANISTA, NO VOTÉ POR ENRIQUE PEÑA NIETO Y NO VEO TELEVISA; AH Y SÍ DECIDEN SEGUIR LEYENDO ES BAJO SU PROPIO RIESGO. Dicho lo anterior, entremos en materia.
Carmen Aristegui es una periodista que tiene un gran prestigio en un sector muy importante de la sociedad, que la sigue casi al grado del fanatismo y aquel que se atreva a no coincidir con aquello que dice es atacado inclementemente en redes sociales, pero aun así muchos destacamos que esta señora está lejos, muy, pero muy lejos de ser perfecta.
Y antes de que muchos saquen a relucir los numerosos premios que la señora ha recibido les recuerdo que ninguno de estos otorga la perfección en automático, por ejemplo, Barack Obama tiene un Nobel de la Paz que nunca tuvo Gandhi.
Victimización y rumores falsos
Una de las cosas que más llama la atención de la señora Aristegui es esa manía de victimizarse, esta mujer ha sido la “eterna víctima” de lo que los bobos insisten en llamar “la mafia en el poder”, y en una de sus muchas diatribas contra aquellos malvados llegó al grado de darle valor de noticia a un rumor como el alcoholismo del exmandatario Felipe Calderón, rumor que fue desmentido hace dos años por Federico Arreola en su portal, versión que doña Carmen no se molestó siquiera en investigar.
Noticias sin autenticidad
La señora Aristegui en su nada secreta cruzada contra Televisa se ha valido de información sin confirmar, rumores o abiertas mentiras, para muestra el supuesto “plan de trabajo” entre Televisa y Enrique Peña Nieto que publicó el diario británico “The Guardian” y al que Aristegui le dedicó horas y horas de transmisión, al final los periodistas ingleses se disculparon porque “no era posible confirmar la autenticidad de los papeles recibidos”.
Drogas de la televisora
Y qué decir de las supuestas camionetas con droga de Televisa en Nicaragua, caso en el que el gobierno nicaragüense, la PGR y la PGJDF reiteraron una y otra vez que los vehículos no son propiedad de la televisora de San Ángel, a pesar de ello la periodista dedicó más de 34 horas de transmisión al caso, de los cuales solo 13 minutos fueron para difundir la versión de Televisa, en ambos casos Aristegui nunca se disculpó o cuanto menos desmintió la información que claramente estaba sin confirmar o si quiera buscó a Amador Narcia, aquel que supuestamente es jefe de los supuestos narcotraficantes. Se supone que la regla de oro en el periodismo es dar a conocer información que esté confirmada en su totalidad.
¿Objetiva?
Carmen Aristegui nunca se ha preocupado por esconder sus simpatías hacia el dos veces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, en sus emisiones es raro que se critique al excandidato, se nota un espacio muy cercano a la izquierda y a sectores muy radicales de esta ideología, a quienes de hecho les ha abierto su espacio en no pocas ocasiones para difundir su postura (cosa que no está mal, pero si dice ser objetiva y plural no está bien que su emisión tenga una carga ideológica tan fuerte), para muestra un estudio de mercado que se hizo cuando aún trabajaba en W Radio, la opinión general de su emisión es que era “muy cercana al PRD”.
Otro aspecto que hay que destacar de Aristegui es que a pesar de que se da tantos baños de pureza, en el aspecto de criticar el monopolio televiso, pero ella trabaja para MVS en la que el empresario Carlos Slim tiene muchos intereses (de hecho en el portal aristeguinoticias.com su principal patrocinador es Telcel, propiedad de Slim), pero Aristegui insiste en ser una periodista sin intereses, cuando se ve que eso no es cierto, aunque al emprender toda una cruzada contra Televisa se ha ganado varios adeptos a quienes se les olvida que Aristegui muchos años estuvo precisamente cobrando en Televisa y los empezó a criticar una vez que ya no le dieron lo que quería.
Mártir
Aristegui se ha vendido a sí misma como una periodista plural, objetiva y veraz y de forma reiterante (y hasta delirante diría yo) se ve como una “mártir de la libertad de expresión” como cuando salió en 2008 de W Radio al no renovar su contrato, el exdirector de la W, Daniel Moreno, expresó que básicamente, Carmen no quiso aceptar un nuevo contrato que la obligara a llegar temprano y respetar cortes comerciales
En pocas palabras, Carmen Aristegui es como todos los periodistas en este país, ve por su propio beneficio y por el de sus jefes, solo que ella trabaja para un amo diferente, no para el malvado amo al que ya estamos acostumbrados.