Las uñas son una parte importante (y a menudo descuidada) de nuestros cuerpos. Están compuestas por capas de queratina, una proteína dura que protege los tejidos debajo de ellas. Las uñas continúan creciendo cada mes: se estima que las uñas de las manos crecen alrededor de 3,5 mm al mes, y las uñas de los pies crecen alrededor de 1,6 mm al mes. La salud de las uñas es de vital importancia para establecer el bienestar del resto del cuerpo también. Si las uñas están lisas y tienen un color uniforme, esto puede significar que el resto del cuerpo está bien. Por otro lado, las uñas que tienen dificultades para crecer, con estrías y decoloradas generalmente significan que hay problemas con el corazón, los riñones, los pulmones y el hígado, o deficiencias vitamínicas.
Algunos problemas de las uñas pueden ser una señal de problemas importantes que deben ser resueltos. Por ejemplo, si notas que cambian de color, se vuelven amarillentas, hay desprendimiento de la uña de su posición, están opacas, blancas, irregulares o con pequeñas hendiduras, es mejor consultar a un médico para evaluar cuáles pueden ser los problemas subyacentes. En resumen, las uñas son un poco “el espejo de nuestra salud y entender qué tipo de problemas tienen nos da una indicación de la condición corporal en general.
Consejos para el cuidado de las uñas
Las uñas siempre deben mantenerse limpias y bien cuidadas para que siempre tengan una buena apariencia. ¿Pero cómo cuidas tus uñas? Aquí hay algunos consejos de la vida cotidiana que pueden ayudarnos a mantenerlas siempre bonitas y saludables.
Por ejemplo, es bueno evitar usar las uñas como si fueran una herramienta: no las abras y no las uses como palanca. La onicofagia es un problema generalizado que puede ocultar problemas como el estrés y la ansiedad. Comerse las uñas puede dañarlas permanentemente y puede llevar a infecciones de varios tipos.
Es por eso que debes evitar comerte las uñas y mantenerlas siempre secas y limpias para evitar la proliferación de microorganismos. Mantenlas siempre cortas, cortándolas de la manera correcta: las uñas no deben ser redondeadas en los laterales cuando se cortan, pero siempre debes usar limas para evitar que se vuelvan muy gruesas.
Además, es mejor cortarlas después del baño, cuando estén más suaves.
Córtalas cortas, con una forma cuadrada, ligeramente redondeada en la punta. Las uñas deben ser hidratadas con una crema especial todos los días, al igual que la piel. Si son particularmente frágiles, puede ser útil usar un esmalte endurecedor y nutritivo que las fortalezca. Una capa delgada de esmalte también puede hidratar la uña, pero debe ser eliminada y reaplicada cada semana.
Para proteger tus uñas de los pies, debes usar zapatos cómodos, evitando aquellos que ejerzan demasiada presión en los pies y puedan causar dolor o clavar las uñas. Nunca ignores la existencia de un problema, como una uña encarnada, o un problema como el hongo, o la decoloración: en esos casos, ve inmediatamente al médico para encontrar una solución ideal.
Si tus uñas de los pies son difíciles de cortar, sumerge tus pies en agua tibia y salada antes de cortarlas.
No uses uñas artificiales para ocultar infecciones o problemas, ya que estos pueden empeorar si las uñas no respiran correctamente. Al usar sandalias para la piscina, ten cuidado con las piscinas públicas donde los hongos y las infecciones están presentes con frecuencia. Siguiendo estos simples consejos será más fácil mantener tus uñas bonitas, cuidadas y saludables, incluso sin tratamientos de belleza especiales que pueden ser recomendados, sin embargo, cuando quieras dar un toque extra de encanto a tus manos o pies.